Capturan 40 cernícalos en el aeropuerto Tenerife Norte en tres meses

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Las aves son entregadas al centro La Tahonilla que luego las libera en zonas alejadas de Los Rodeos

Rosa Cárdenes ( @rcardenesd )

El servicio de control de fauna del aeropuerto Tenerife Norte ha capturado, en los últimos tres meses, unos 40 cernícalos que han sido entregados al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre La Tahonilla, para ser liberados después en otras zonas de la isla. La mayoría de estas aves son de la especie Falco tinnunculus, esto es el denominado cernícalo vulgar, y cuatro de ellas eran cernícalos patirrojo. Estas últimas formaban parte del bando que irrumpió hace varias semanas en el aeropuerto.

La llegada al aeropuerto de Los Rodeos de decenas de cernícalos patirrojo, una especie migradora de Europa oriental que inverna en África tropical y en primavera inicia el retorno a las zonas de cría, coincidió con la entrada de aire seco africano y las altas temperaturas que se registraron en Canarias, lo que motivó que las aves interrumpieran su migración, agotadas por el viaje. La mayoría ha continuado su viaje tras reponer fuerzas, como informó Seo Birdlife a ATCpress, después de que su presencia en la cabecera sur del aeropuerto causara un aumento de los impactos contra aeronaves, como publicó este medio el 25 de mayo.

Por su parte, a La Tahonilla, centro del Cabildo de Tenerife, han llegado en los últimos tres meses unos cuarenta cernícalos, donde se les anilla y se les mantiene durante diez días “para intentar desubicarlos y evitar la posibilidad de que vuelvan a la zona de Los Rodeos, una vez liberados”, explican en el centro. Las aves se sueltan después en zonas donde abundan las fincas agrícolas, en concreto en Teno y Guía de Isora, al Norte y Sur de la isla, respectivamente.

La presencia de los cernícalos tinnunculus, además de varios bandos de palomas asilvestradas –alguno de ellos de hasta 300 ejemplares- se debe a la situación del aeropuerto, un lugar donde abundan los espacios llanos y zonas de cultivos, donde los animales encuentran reptiles, ratoncillos e insectos para alimentarse, y donde la “explosión” de saltamontes de este año ha sido superior a la de los últimos años.

A este respecto, en La Tahonilla explican que este centro no es partidario de la fumigación, como procedimiento para acabar con la plaga de saltamontes, para evitar así que los restos de los productos insecticidas pasen a la cadena trófica. Sí sugiere, en cambio, que se proceda a realizar labores agronómicas, esto es que se aren los terrenos que rodean el aeropuerto para “romper la estructura y los nidos de saltamontes”. Por el momento, lo que ha hecho el aeropuerto es eliminar la maleza de los alrededores.

La Tahonilla colabora durante todo el año con el aeropuerto, cuyo servicio de control de fauna -denominado también halconeros por utilizar halcones para ahuyentar a las aves- le entrega aquellos cernícalos que son capturados. El método consiste en una trampa, un semicírculo de metal que lleva dentro un ratón, con muchos lazos de hilo de pescar en su interior. Cuando el ave mete la pata en su interior queda atrapado por el lazo, y luego es rescatado por los halconeros y entregado a La Tahonilla, donde se procede a su cuidado y posterior liberación en zonas alejadas del aeropuerto.

 

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