El comité de empresa afirma que la empresa pública da prioridad al interés comercial en menoscabo de la calidad del servicio y la comodidad de los pasajeros
Rosa Cárdenes (rosacardenesd)
Los trabajadores de AENA de Tenerife Norte temen que la obra que se lleva a cabo en la terminal “estrangule” el crecimiento operacional del aeropuerto y lamentan que se dé prioridad al interés comercial frente al servicio público de transporte de pasajeros. En opinión del comité de empresa de AENA, la obra que comenzó este verano en la planta alta, para convertirla en una gran zona comercial, va en menoscabo del servicio público, entre otros motivos, porque el número de mostradores de facturación de las aerolíneas se verá reducido y además afectará a la comodidad de los pasajeros y usuarios del aeropuerto.
La primera planta del aeropuerto de Los Rodeos, que hasta ahora albergaba varios bares y cafeterías, se convertirá en una gran zona comercial restringida para los pasajeros que estén en espera para embarcar en su avión. Los controles de seguridad para los vuelos nacionales e internacionales que se encuentran en esta planta se trasladarán a la planta baja, donde se hallan hoy en día los mostradores de facturación de las aerolíneas.
Situar el control de seguridad de vuelos nacionales e internacionales en la planta baja supone, según el comité de empresa, concentrar a un mayor número de pasajeros en esa zona del aeropuerto, donde es frecuente ver, en días de mucho tránsito aéreo, cómo las colas de pasajeros llegan hasta la cafetería situada frente a los mostradores de facturación. En esa planta se encuentra también la terminal de los vuelos interinsulares.
Además, se reducirá el número de mostradores de facturación, señala Inés Ferrer, presidenta del comité de empresa. “Si una compañía nueva quiere introducirse en Tenerife Norte no tenemos capacidad física para que pueda operar en este aeropuerto, y lo mismo ocurre en caso de avería pues no habrá espacio para cambiar a alguna compañía de sitio”, apunta Ferrer, “con lo que este comité de centros se plantea que se estrangula el crecimiento operacional del aeropuerto por un interés puramente comercial”.
Tras la obra, y una vez que el pasajero pasa el control de seguridad, se encontrará en la llamada zona aire y tendrá que atravesar la zona comercial antes de embarcar, “mientras que la capacidad operativa va a quedar reducida en la planta baja y va a llevar a una congestión de tráfico de pasajeros que va a afectar a la comodidad de los usuarios”, dice Ferrer, lo que le lleva a afirmar que “es una obra que no entendemos”.
Los trabajadores lamentan, además, que AENA invierta en una gran zona comercial buscando rentabilidad económica, “pero no invierta en cosas necesarias”, y la ristra de reclamaciones es amplia. Entre ellas, Ferrer menciona los carritos portaequipajes pues los que hay son insuficientes; monitores, ya que los actuales son escasos y pequeños; bombillas para sustituir a las fundidas; cristales de los aseos que se han levantado y no se sustituyen, además de una disminución de la frecuencia del servicio de limpieza “pues los servicios de mantenimiento también se han visto afectados”, indica.
Otro de los motivos que aduce el comité para subrayar que la empresa pública “prima la rentabilidad económica” frente al interés de los ciudadanos y de la calidad del servicio, es el traslado de la oficina de atención al público de AENA y la oficina de turismo del Cabildo de Tenerife a un emplazamieno peor solamente para colocar la farmacia -situada antes en la planta alta- y un kiosco.
De todas estas cuestiones fue informado el parlamentario Ricardo Sixto en la reunión que mantuvo el lunes con los representantes de los trabajadores de los aeropuertos Tenerife Norte y Tenerife Sur, y en la que el diputado de IU avanzó que llevaría varias preguntas al Congreso de los Diputados acerca de la situación actual de ambos aeropuertos.