Maquetas de aviones, fotografías e incluso la estación de los controladores del primer aeropuerto de la isla componen la extensa muestra del Museo Aeronáutico
Marina Suagar
El aeropuerto de la isla canaria de Lanzarote, “la isla de los volcanes”, supera cada año los cinco millones de pasajeros y desde hace tiempo las instituciones locales reivindican una ampliación de la pista de aterrizaje, de hasta 1.500 metros hacia el mar, para que puedan operar aviones de mayor tamaño y capacidad de pasajeros, y por tanto llegar más turistas a la isla. Lanzarote se encuentra entre los 10 aeródromos más importantes de España y la historia de los comienzos de la aviación en la isla se puede conocer a través de la visita al Museo Aeronáutico, que se encuentra muy próximo al actual y moderno recinto aeroportuario.
Entrar en el Museo Aeronáutico de Lanzarote es como hacer un viaje en el tiempo y volver a revivir la actividad que tuvo este emblemático edificio cuando se convirtió en la primera terminal de pasajeros que estuvo funcionando entre los años 1949 y 1970. A partir de entonces entró en servicio el actual y moderno recinto aeroportuario de la isla, situado en el término municipal de San Bartolomé, a cinco kilómetros de la capital, Arrecife.
El Museo Aeronáutico se inauguró en 2005, gracias a la labor de un comité para la recuperación del antiguo edificio terminal del aeropuerto de Lanzarote, creado desde 1997, y que, en sus inicios, estuvo formado por antiguos trabajadores y directores del aeropuerto, al que se incorporaron otras personas vinculadas a estas instalaciones, como historiadores, periodistas y expertos en temas de aviación. Este museo está abierto a todos los públicos y en sus instalaciones se puede conocer la actividad que realizaba como antigua terminal, a través del recorrido por el vestíbulo principal, cafetería, la oficina de venta de billetes o la zona de facturación de equipajes, dónde aún se conserva la vieja báscula que calculaba el peso de las maletas y los paquetes.
Al subir a la segunda planta el visitante se encuentra la primera torre de control, en la que aún se conserva la vieja estación de comunicaciones y desde dónde el controlador visualizaba los aviones y la plataforma de tierra donde se situaban las aeronaves; en la habitación contigua se expone el material de la sala de comunicación y de meteorología. En el exterior también se puede contemplar y pasear sobre la vieja plataforma de estacionamiento donde llegaban y salían los primeros aviones que operaron en la Isla; allí se han instalado varios vehículos antiguos, como un viejo camión de bomberos.
La mayoría de los objetos expuestos han sido cedidos por coleccionistas y antiguos trabajadores de la terminal de pasajeros, destacando la multitud de fotografías sobre la construcción de la propia terminal, así como de escenas cotidianas de la actividad que allí se desarrollaba: operarios en la pista, pasajeros que subían a un avión o familiares que esperaban a un viajero.
Las instalaciones se dividen en once salas temáticas y un vestíbulo principal en el que destacan dos obras de arte de gran valor, como el mural del pintor belga Jean P. Hock y una reproducción del acrílico Lanzarote cuyo original fue creado en esa misma pared por el propio César Manrique, en 1953; fue desmontado y trasladado por la Fundación César Manrique hasta sus depósitos, en 1994. La importancia de esta obra, casi desconocida para todos, radica en que refleja, con metáforas y referencias, la realidad social y cultural de la Isla en los años 50.
Además de otros objetos antiguos relacionados con la aviación, maquetas de aviones de todas las épocas, fotografías aéreas, vídeos, viejos telégrafos y balizas, y otros recuerdos de la antigua terminal, los visitantes también pueden interactuar por medio de tecnología multimedia, como pantallas táctiles y proyectores de imágenes, relacionadas con la aeronáutica. En este recorrido se puede conocer, gracias a los textos y a las fotografías expuestas, la historia de los inicios de la aviación en Canarias, los primeros vuelos operados en Lanzarote, la actividad de la primera terminal de pasajeros (1946-1970) y de la antigua torre de control, hasta la llegada de los primeros vuelos chárter con turistas, que ayudó al desarrollo económico de la también conocida como “la tierra del fuego”.
Los guías del museo realizan visitas guiadas en varios idiomas y la entrada es gratuita, de lunes a sábados de 10:00 a 14:00 horas. Sin duda alguna, el Museo Aeronáutico de los lanzaroteños es un paso obligado para los residentes y visitantes, que pueden conocer su historia aeronáutica más reciente, ligada sin duda alguna, al desarrollo turístico, económico y cultural de una isla que se ha convertido en uno de los destinos más populares del país.