Autoridades y expertos de la observación meteorológica mundial se darán cita este viernes 8 de abril en el Observatorio de Izaña, situado en el parque nacional del Teide, en las cumbres de Tenerife, que cumple cien años como referencia del análisis y la investigación de la calidad del aire, los fenómenos atmosféricos responsables del cambio climático y el deterioro de la capa de ozono. La organización Meteorológica Mundial, la red de gestión de los satélites meteorológicos europeos (Eumetsat), el Centro Europeo de Predicción del clima a Plazo Medio, el Grupo de Observación de la Tierra y 16 servicios nacionales de meteorología de todo el mundo estarán representados en este acto para celebrar el aniversario y al mismo tiempo explicar la importancia que tiene el Observatorio de Izaña en la calibración de datos sobre la capa de ozono y el cambio climático y la predicción de tormentas de polvo en el desierto.
El Observatorio de Izaña, dependiente de la Agencia Estatal de Meteorología, nació oficialmente el 1 de enero de 1916, impulsado por científicos alemanes que fueron los primeros en establecer en la zona una construcción portátil para la realización de investigaciones relacionadas con la calidad del aire y el clima. Desde entonces hasta ahora, el observatorio ha afianzado un papel científico a través del Centro de Investigación Atmosférica de Izaña (CIAI), de la AEMET. Su tarea se centra entre otros aspectos en el estudio del efecto de los gases invernaderos y el calentamiento global, los aerosoles atmosféricos que intervienen en el cambio climático e impactan sobre la salud humana, la evolución de la capa de ozono y los compuestos que la dañan y la radiación ultravioleta.
El CIAI es centro de referencia internacional para el análisis de los datos que recaudan desde el cielo los sensores atmosféricos instalados en satélites de la NASA y de la red Eumetsat. Pero además, debido a la calidad de los cielos y la pureza del aire en la cumbre de Tenerife, también es centro de calibración de datos sobre aerosoles atmosféricos, capa de ozono y fotometría solar. Así, el centro analiza datos procedentes de varias redes internacionales de observación: la red de fotómetros de Aeronet-NASA que recoge datos sobre los aerosoles atmosféricos, los espectrofotómetros que examinan la evolución de la capa de ozono de Europa y África y el Centro Mundial de Radiación de Davos (Suiza).
A lo largo de su historia, el Observatorio de Izaña ha vivido fenómenos atmosféricos severos de las que dan testimonio numerosas fotografías recogidas por la AEMET en un álbum conmemorativo. En ellas puede verse la evolución del observatorio desde su nacimiento, con imágenes que dan testimonio de la curiosidad de los visitantes por un enclave espectacular, pero también de las tormentas de nieve y las grandes heladas que se registran en este punto de Tenerife, situado a 2.373 metros de altitud y a 14 kilometros en línea recta del pico del Teide.
En sus cien años de vida, el observatorio ha afianzado su papel científico, pero también ha tenido otros protagonismos singulares: punto de atracción y encuentro obligado de naturalistas, biólogos y geólogos, alojó además el primer centro de repetición de la señal de Televisión Española en Canarias y fue también desde 1958 enclave de observaciones astronómicas, hasta que nació el Instituto de Astrofísica de Canarias en 1975.
El impulso alemán a su nacimiento tendrá un reconocimiento específico en el acto del centenario, con la presencia de representantes del servicio meteorológico y el Gobierno alemán. El Observatorio de Izaña es el segundo de España del antiguo Servicio Meteorológico Nacional, después del situado en El Retiro (Madrid). En 1984, un convenio firmado por los gobiernos de España y Alemania lo convirtió en estación de la red internacional de contaminación atmosférica. Cuando nació en 1989 el programa de Vigilancia Atmosférica Global (VAG), el observatorio de Izaña se consolidó como una de las 30 estaciones globales integradas en esta red.
Desde su página web, es posible disfrutar de los cielos de Canarias a través de las imágenes que desde diferentes ángulos suministra su webcam, que permite además observar la altitud y la distancia que separan el observatorio de otros puntos singulares de Canarias, como el pico de las Nieves de Gran Canaria, a solo 99 kilómetros de distancia en línea recta, pero separado de Tenerife por el océano Atlántico.