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Las visitas nocturnas al Teide se disparan con el auge de la astrofotografía

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El Parque Nacional del Teide se ha convertido en imán de aficionados a la fotografía que acuden de noche a este extraordinario espacio natural hambrientos de imágenes del cielo estrellado

 

Texto: Rosa Cárdenes (@rosacardenesd)

Fotografía: David Hernández Ojados

Amantes de la fotografía y la astronomía han hecho del Parque Nacional del Teide un espacio cada vez más transitado de noche, pues son numerosos los aficionados que suben a la cumbre en horario nocturno para intentar captar la mejor imagen de las estrellas, en el cielo más oscuro y en lo más alto de la isla de Tenerife. Y ahora se aproxima en este privilegiado espacio, donde se encuentra el tercer volcán más alto de la Tierra, una noche mágica: la lluvia de perseidas o lágrimas de San Lorenzo en la noche del 12 al 13 de agosto.

La aparición de las cámaras digitales y el interés cada vez mayor de los ciudadanos por la astronomía han disparado las visitas al Parque Nacional del Teide de noche, algo impensable hace 15 años, cuando no estaba tan extendida la fotografía en esta rama de la ciencia y eran pocos los fotógrafos y astrónomos aficionados que frecuentaban este paraje natural para la observación del cielo con telescopios y la captación de imágenes, indica David Hernández, presidente de la Sociedad para el Estudio y el Conocimiento de la Astronomía de Tenerife (Secat).

“Éramos muy pocos, todos nos conocíamos y sabíamos a qué sitios íbamos cada uno”, dice sobre una época en la que no se encontraba material astronómico en la Isla y había que traerlo de fuera. Hoy en día, añade, gracias a la divulgación de la astronomía, a las facilidades que da la fotografía digital y a que el usuario puede conseguir material astronómico en Tenerife, pues existen comercios dedicados a ello, “hay muchísima gente interesada en este tipo de fotografía, y en esto juegan también su papel las redes sociales, donde la gente puede colgar sus fotografías”.

Hernández, astrónomo aficionado y colaborador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), ha comprobado al igual que sus compañeros de Secat cómo, año tras año, aumenta el número de personas que frecuentan el Teide. “Sube mucha gente, en ocasiones nosotros vamos entre semana porque el fin de semana aquello parece las ramblas de Santa Cruz. Sorprende ver a tantas personas, incluso en invierno con temperaturas bajo cero, bajándose en los miradores con sus pequeñas cámaras y telescopios. También hay quien no tiene conocimientos sobre fotografía, y eso lo ves cuando disparan con flash al cielo”, señala.

Hay un momento del año en el que se producen más visitas nocturnas a este espacio natural, esto es cuando florecen los tajinastes rojos, una especie endémica de la isla de Tenerife. “Su vistoso color y el cielo estrellado dan como resultado unas fotos muy llamativas”, apunta Hernández, “de hecho este año se organizaron viajes desde la Península a Canarias para fotografíar tajinastes por la noche en el Parque Nacional del Teide”.

Una de las citas anuales para los amantes de los fenómenos astronómicos en agosto es la noche del 12 al 13, con motivo de la lluvia de las perseidas. Sobre ello el presidente de Secat dice que el mejor momento para observar la lluvia de estrellas es a partir de la medianoche. “Para ver las perseidas basta con ir a un sitio medianamente oscuro, como puede ser la playa de Las Teresitas o una cala en el Norte o el Sur de la isla”. Los aficionados tendrán que esperar a esa noche porque este año “la Luna llena no permitirá ver muchos de los meteoros” de esta popular lluvia de estrellas, conocida como las lágrimas de San Lorenzo.

 

 

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