Los restos del helicóptero del SAR, listos para investigar qué provocó su violenta caída al mar

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Los restos del helicóptero del SAR que se accidentó a 280 millas de Canarias el 22 de octubre con un balance de tres militares fallecidos ya están en Gran Canaria, listos para la investigación que debe determinar qué provocó la brusca caída del aparato al mar. Los indicios recabados hasta ahora sobre el modo en que se produjo el accidente apuntan que el Súper Puma sufrió una abrupta caída y un violento choque contra la superficie del mar que desde el primer momento provocaron la fractura del aparato en al menos dos grandes trozos. Posteriormente, la cabina del helicóptero, que se mantuvo entera, quedó sumergida prácticamente en su totalidad y se inundó de agua. Todo parece indicar que los tres militares no tuvieron oportunidad de abandonar la cabina ni tampoco de accionar medida de alerta alguna, dado que la única señal de alarma fue lanzada automáticamente por la baliza del aparato.

Las grúas del buque civil Olympic Zeus depositaron en tierra en la madrugada de este sábado (ver vídeo) los pedazos del helicóptero que pudieron rescatar del fondo del mar los buceadores de la Armada y del propio barco multipropósito contratado por el Ministerio de Fomento y desplazado al lugar del accidente desde hace dos semanas para localizar y extraer la nave del Atlántico. Durante el desembarco de las piezas rescatadas, que se prolongó durante varias horas, fueron visibles dos partes de la aeronave cruciales para determinar qué provocó su caída: la cabina, cuya estructura delantera está íntegra, pero desgajada del resto del Super Puma, y parte de la cola. Durante el desembarco fueron también visibles otros fragmentos del helicóptero: un aspa y un fragmento metálico de forma cuadrada.

Según los datos que ha podido recabar esta web, las aspas no se desprendieron en un primer momento de la aeronave y tampoco quedaron hundidas en las primeras horas tras el accidente, como atestiguan algunas fotos tomadas a unos 15 metros de altura sobre la superficie del Atlántico que se sacaron a una hora indeterminada de la tarde del jueves 22 de octubre. En las fotografías sí era patente sin embargo que la cabina estaba sumergida prácticamente en su totalidad, con el helicóptero volcado, y que su interior no podía distinguirse con claridad. Las imágenes también señalaban con claridad la fractura de la cola y la presencia de globos naranjas hinchados en la parte inferior de la nave, un mecanismo cuyo objetivo es mantener el helicóptero a flote que, aparentemente, se accionó de manera automática. El helicóptero se mantuvo en esta posición durante varias horas sin que, por los datos conocidos hasta ahora, nadie hiciera un descenso sobre la nave ni un intento de acceder a la cabina en busca de los tripulantes. Y horas se hundió a unos 45 metros de profundidad.

Sin embargo, España no tuvo constancia trágicamente hasta una semana después del hecho de que los tres tripulantes de la aeronave permanecían atrapados en el interior de la cabina, de la que fueron rescatados los cuerpos entre el viernes 30 y el sábado 31 de octubre, ya con unas condiciones pésimas del mar en la zona. Los restos mortales de los tres militares fallecidos fueron desembarcados en Gran Canaria el domingo 1 de noviembre y en las siguiente horas se realizaron con extrema rapidez sus autopsias y sus honras fúnebres en el pabellón del 802 escuadrón del SAR en la Base Aéraa de Gando, junto al aeropuerto civil de Gran Canaria.

Aunque más corto, todo el proceso fue dramáticamente parecido al que se sucedió tras el primer accidente de un helicóptero del SAR en aguas de Canarias el 19 de marzo de 2014. En este siniestro del 22 de octubre, el segundo accidente mortal de un Súper Puma del SAR en 19 meses, perdieron la vida el capitán José Morales Rodríguez, el teniente Saúl López Quesada y el sargento Jhonander Ojeda Alemán, único superviviente de la tragedia anterior.

En sus últimas declaraciones sobre este accidente, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, apuntó la hipótesis de que “una incidencia técnica” hubiese causado la caída del helicóptero al mar cuando realizaba un sencillo vuelo de tránsito desde Mauritania en dirección a Gran Canaria. Con todo, el propio Morenés subrayó que habría que esperar a que los especialista examinen cuidadosamente los restos del helicóptero para poder determinar cuál fue la causa de la abrupta caída del Súper Puma al mar.

El ministro de Defensa subrayó que, en apariencia, las circunstancias no guardan relación alguna con las que sufrió el otro helicóptero en marzo de 2014. Este primer Súper Puma accidentado se estrelló contra las aguas del Atlántico el 19 de marzo, en una noche sin luna, segundos después de quedarse a oscuras por el fallo en el lanzamiento desde un avión de apoyo de una bengala que debía iluminar la maniobra de entrenamiento nocturno que realizaba la tripulación del helicóptero con un barco de la Armada.

 

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