El director de la cátedra de Turismo de Tenerife sostiene que avanzar para el uso óptimo de las tecnologías por el sector turístico exige estrategias consensuadas y desterrar “que cada uno haga la guerra por su cuenta”
Texto Rosa Cárdenes (@rosacardenesd)
Foto: Estrella Muti (@estrellamuti)
Si un destino turístico aspira a convertirse en un destino inteligente es “imprescindible” contar con una “estrategia consensuada” entre todos los agentes y gestores públicos y privados implicados en la industria turística, incluida la sociedad civil, para caminar en una única dirección, indica Raúl Hernández, director de la cátedra de Turismo. “Lo que no es posible es que cada uno haga la guerra por su cuenta”, sostiene Hernández.
La cátedra de Turismo es un proyecto impulsado por la Universidad de La Laguna, CajaCanarias y Ashotel y entre los proyectos en los que trabaja está el destino inteligente o smart destination. Canarias no puede seguir compitiendo con otros destinos rivales “solo por la vía precios”, opina Hernández. “Las Islas tienen una oportunidad histórica, ser un destino inteligente nos permitiría diferenciarnos de los destinos competidores, si realmente somos capaces de asumir el reto”, afirmó.
El destino inteligente se ha definido en España como un destino turístico innovador, consolidado sobre una infraestructura tecnológica de vanguardia, que garantiza el desarrollo sostenible del territorio, que facilita la interacción e integración del visitante con el entorno e incrementa la calidad de su experiencia en el destino. Para avanzar en esta senda es fundamental, dice Hernández, una estrategia negociada fundamentalmente entre administración (gobierno, cabildos y ayuntamientos), empresas, asociaciones profesionales y Universidad.
“En Tenerife existe una estrategia de desarrollo turístico, pero quizá le falta integrar estos elementos y ser mucho más compartida con todos los agentes y toda la sociedad”, situación perfectamente extrapolable a otras islas del Archipiélago. “Lo que no puede ser es cada uno haga la guerra por su cuenta, a un ayuntamiento se le ocurre una cosa, al cabildo otra, a la empresa otra… Tener una estrategia consensuada y que todo el mundo sepa a dónde vamos ayudaría mucho”, indica.
En un destino que aspira a convertirse en destino inteligente es básico que haya señal wifi allí donde va el turista. En Canarias la isla más avanzada en este campo es El Hierro, bautizada como la ‘isla wifi’ por el establecimiento de más de 20 puntos por todo el territorio, que permiten al visitante estar conectado a Internet, fotografiar y compartir en las redes todo aquello que va viendo. En Tenerife el Cabildo trabaja en un proyecto para que la señal wifi llegue a toda la Isla y el ciudadano y el visitante pueda conectarse allí donde esté.
Al respecto, el director de la cátedra de Turismo indica que hora mismo la inexistencia de una wifi generalizada “es un hándicap para el desarrollo de muchas iniciativas relacionadas con los destinos inteligentes”, como por ejemplo servicios y aplicaciones móviles que permitan al turista conocer el destino y acceder a su oferta en tiempo real en restauración, transporte u ocio. Sin embargo, aclara que un destino de esta categoría “es bastante más que tecnología, es un concepto vinculado con la gestión del destino”.
Recalcó que una red wifi de acceso libre en el territorio y las aplicaciones para móviles que permiten al turista estar conectado e interactuar en el destino son importantes, pero no son menos esenciales otros factores, como por ejemplo cómo se promociona el destino, la utilización “inteligente” de las estadísticas turísticas (su análisis e incorporación de sus resultados en la toma de decisiones), propuestas elaboradas por empresas e instituciones sobre precios en función de la ocupación, la adaptación a las redes sociales y una mejor presencia en los canales de comercialización.
“Se trata de una oferta integrada”, dijo Hernández, de la que también destacó la generación de experiencias dinámicas a medida del turista, sistemas de sensores para aparcamientos para hacer recomendaciones a los visitantes, eficiencia energética en alojamientos turísticos y alumbrado público, el tratamiento de residuos en el territorio, en definitiva, “una estrategia mucho más compleja que el poner wifi gratis”.
El experto asegura también que en los destinos de sol y playa la conversión a destino inteligente “se está produciendo de una manera más lenta” que en destinos urbanos como Barcelona y Amsterdam, “donde han avanzado mucho en este campo, tienen empresas de servicios impactantes en el ámbito tecnológico y sectores abiertos a este tipo de cambios”. No obstante, insiste en que es una oportunidad para Canarias y ha llegado el momento de que asuma el reto.