AENA moviliza 270 figurantes para probar el nuevo área terminal Norte del aeropuerto de Gran Canaria, que se estrena el 15 de julio tras una inversión global de 200 millones de euros
Un total de 270 figurantes con 540 maletas le han hecho este jueves una prueba de estrés a la nueva zona terminal del aeropuerto de Gran Canaria, que será estrenada por el público el 15 de julio próximo. La nueva zona terminal es producto de la inversión de 200 millones de euros que AENA realiza en el aeropuerto de Gran Canaria y su apertura será simultánea a la de un nuevo aparcamiento de automóviles con 21.900 metros cuadrados y capacidad para 741 vehículos y el estreno de 23.000 metros cuadrados de plataforma de hormigón para el estacionamiento de aeronaves.
La terminal ampliada hacia el Norte alojará una nueva sala de facturación de vuelos interinsulares de las compañías Binter y Canarifly, con las correspondientes zonas de embarque, filtros de seguridad, área comercial, cintas de recogida de equipajes y patio de clasificación e inspección. Según datos de AENA, la ampliación incluye también una nueva zona de logística, con muelles de descarga para vehículos de suministro de mercancías, almacenes y dependencias para el tratamiento de residuos.
Esta ampliación hacia el Norte agranda la terminal, que ya estrenó también un ala hacia el Sur inaugurada hace algo más de un año por la ministra de Fomento, Ana Pastor. AENA recalca que la inversión que se realiza en el aeropuerto de Gran Canaria es la mayor de cuantas se realizan en estos momentos en la red de aeropuertos bajo control del ente público. La inversión amplía la superficie total del aeropuerto en 68.000 metros cuadrados, al pasar de 105.000 a 173.000.
Para poner a prueba las instalaciones y comprobar su usabilidad por parte de los usuarios, AENA realizó este jueves un macro simulacro con 270 figurantes que a su vez movieron 540 maletas. Se trata de una más de las “pruebas básicas de explotación” de la terminal que AENA realiza desde el día 1 de julio en varias fases en las que se verifica si funcionan correctamente todas las zonas de servicio en facturación, embarque, tratamiento e inspección de equipajes, control de pasaportes, filtros de seguridad, transporte electromecánico, seguridad aeroportuaria, sistemas eléctricos y mecanismos de protección contra incendios. En esencia, la prueba consiste en simular con figurantes el funcionamiento ordinario del aeropuerto para comprobar que los usuarios no se pierden y que todo está donde debe.
Desde su inicio, estas pruebas han movilizado a cerca de mil personas, dado que también se realizan actividades específicas para comprobar que los trabajadores que tendrán que ubicarse en la nueva zona terminal se adaptan a ella, lo que incluye el personal de handling, de las compañías aéreas, los concesionarios comerciales, los servicios de mantenimiento y los miembros de las fuerzas de seguridad del Estado que prestan servicio en el aeropuerto.