José Luis Gil da vida en ‘Si la cosa funciona’ a un misántropo neurótico inventado por Woody Allen de cuyo hilarante sarcasmo no se libra ni dios (sí, el creador)
El desamor, la risa… La muerte, la risa… La misantropía, la soledad, los matrimonios fallidos que duran cien años, las enfermedades ficticias… Ni dios (sí, El Creador) se salva en el cóctel de inteligencia y sarcasmo que tejió la mano creadora de Woody Allen en el guión de Si la cosa funciona, que cinco actores encabezados por José Luis Gil representan este fin de semana con las entradas agotadas en el Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria y que gira por España tras su arranque en el Cofidis Alcázar de Madrid. La magia del teatro se conjura sobre el escenario con un cóctel de humor negro, sarcasmo y bondad que llena el patio de butacas de carcajadas, pero también de esa reflexión ácida sobre los sinsentidos de la vida que recorre toda la obra de Woody Allen.
Que José Luis Gil es mucho, mucho más que el señor Cuesta de Aquí no hay quien viva, el Enrique Pastor de La que se avecina o la voz de ese bondadoso aventurero espacial llamado Buzz Lightyear es una obviedad sobre la que no vale la pena detenerse. Como también lo es la evidencia de que la vida de esos personajes ha contribuido al reconocimiento de un actorazo que borda sobre el escenario todos los hilarantes pánicos y ansiedades de un hipocondriaco misántropo llamado Boris que canta en el baño Cumpleaños feliz cada vez que se lava las manos para espantar a los gérmenes agazapados. Toda la burla sobre uno mismo, la comicidad sobre la muerte, la ironía sobre la humanidad y el descreimiento en dios (quizá la descripción del Creador es uno de los fragmentos más inteligentes y desternillantes de la obra) que solo un genio como Allen extraordinariamente interpretado por Gil puede exhibir en extradosis sin que puedas hacer otra cosa que carcajearte de su gen neurótico.
Ana Ruiz, Rocío Calvo, Ricardo Joven y Beatriz Santana completan el cartel de Si la cosa funciona, donde dan vida a su vez a personajes sorprendidos también por esos regalos que guarda el destino para aquellos que deciden pasar del ‘quiero’ al ‘puedo’. O para los que huyen, se rebelan contra la derrota y acaban haciendo trizas todo lo que creían saber de sí mismos. Una sensacional representación donde no falta ni siquiera el guiño personal del autor, desde un más allá virtual.
Si la cosa funciona y esta obra pasa por su ciudad, hágase un favor y no se la pierda.
(Si la cosa funciona se representará este domingo 14 de febrero en el Teatro Cuyás de Las Palmas. Su siguiente parada será el 11 de marzo en el Auditorio Teatro Roquetas de Mar).