Efectivos de la Armada tratan de culminar el rescate del tercer cuerpo, mientras las condiciones del tiempo y el mar empeoran
Los equipos desplegados en el punto donde se hundió el helicóptero del SAR en que murieron los pilotos José Morales Rodríguez y Saúl López Quesada y el sargento Jhonander Ojeda Alemán han conseguido rescatar y subir a la superficie dos de los tres cuerpos de los militares. Los buceadores reanudaron este sábado al amanecer la operación para intentar recuperar y trasladar a la superficie el tercer cuerpo. Esta tarea no ha podido ser culminada con éxito por ahora, mientras se produce un progresivo empeoramiento de las condiciones climatológicas. La cabina se encuentra hundida a unos 45 metros de profundidad frente a Marruecos, a 45 millas de la costa y a 280 millas de Gran Canaria. El rescate de los cuerpos se lleva a cabo sin esperar al izado del aparato, ante una previsión meteorológica que, según Defensa, puede interrumpir durante varios días los trabajos para tratar de reflotar la aeronave accidentada.
Veinte buzos, 16 de ellos de la Armada y 4 del buque civil especializado en trabajos submarinos Olympic Zeus, se han ocupado directamente de la tarea de extraer los cadáveres de los militares y trasladarlos hasta la superficie. Este viernes han conseguido completar este trabajo con dos cuerpos, pero el tercero no podrá ser recuperado hasta mañana, por la imposibilidad de proseguir la tarea tras la caída de la noche y debido a la falta de luz. Como anunció el ministro de Defensa, Pedro Morenés, la operación se lleva a cabo con las máximas medidas de seguridad, para tratar de garantizar doblemente la recuperación de todos los cuerpos y al mismo tiempo la seguridad de los buceadores que intervienen en el rescate.
Morenés se ha reunido en la tarde del viernes con las familias para comunicarles el resultado de esta jornada de búsqueda. Para una de ellas, la dramática espera por la recuperación de su ser querido se alargará al menos un día más, por la imposibilidad de los buceadores de completar la operación este viernes antes de que cayera la noche. Con todo, Defensa confía en que el tercer cuerpo pueda ser izado mañana y depositado en la cubierta del buque de acción marítima Rayo.
Desde la superficie de este barco, se espera que los cuerpos sean trasladados de inmediato al Instituto Anatómico Forense de Las Palmas para verificar su identificación y realizar la autopsia.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha reunido este sábado en la Base Aérea de Gando con las familias de los tres militares muertos en el accidente del helicóptero cuando realizaban un vuelo entre Mauritaria y Gran Canaria. Rajoy mantuvo este encuentro antes de visitar algunas de las zonas más afectadas el pasado fin de semana por un intenso temporal de lluvias que causó numerosos destrozos, especialmente en los municipios de Telde y de Las Palmas de Gran Canaria.
Mientras no culminen las tareas de recuperación de los cuerpos, Defensa no precisará el día en que se celebrarán en la Base Aérea de Gando las honras fúnebres por los militares fallecidos. Pero, salvo que se produzcan complicaciones en el rescate del tercer cuerpo, los funerales se celebrarán previsiblemente este domingo o como muy tarde el lunes.
La historia se repite
Como si el destino conspirara con una precisión y crueldad milimétrica, la historia se ha repetido: las familias de los tres militares del SAR desaparecidos el pasado jueves y hallados muertos han pasado una semana de calvario sin pruebas seguras, hasta el viernes, sobre el paradero de los tres infortunados tripulantes. Esta amarga espera ha reproducido muchos de los momentos de tensión, desesperación y sufrimiento que ya tuvieron que soportar otras cuatro familias del SAR cuando hace 19 meses se estrelló en el mar el Super Puma en el que viajaban. Para una misma familia, la del sargento Jhonander Ojeda Alemán, el sufrimiento se disparó en proporciones inhumanas: su hijo logró sobrevivir en el accidente de marzo de 2014 y los padres han tenido que enfrentarse ahora a la misma espera atroz de la que ya fueron testigos hace 19 meses. A los padres de Jhonander, el destino les ha golpeado dos veces con una ferocidad que hubiese sido inimaginable siquiera en una obra de ficción. Pese a todo, hasta el último minuto conservaron la esperanza.
Como tampoco lo hicieron en marzo de 2014, ni el mar ni la climatología están colaborando en el desenlace de este trágico caso que retiene prisioneras de su angustia a tres familias en la Base Aérea de Gando. Este jueves, cuando se cumplía justo una semana desde el aparente amerizaje de emergencia del Súper Puma a 45 millas de la costa de Marruecos, los medios navales desplazados por Defensa a la zona de búsqueda no lograron ejecutar el izado del helicóptero. Y de hecho, por la mañana, la situación había vuelto a la situación de rastreo. Aunque la cabina había sido localizada el día anterior durante los rastreos de los dos cazaminas desplazados a la zona, Defensa tuvo que volver a incluir la palabra ‘búsqueda’ en su resumen de actividad de la mañana para referirse al habitáculo cuyo izado era crucial en la operación de rescate: a media mañana del jueves, los buzos ni siquiera habían conseguido llegar a ella. Muchas horas después, a las 19:07 minutos de este jueves, el juez comunicó al ministro de Defensa la fatídica noticia que los familiares confiaban en no tener que oír jamás: el hallazgo de los tres cuerpos en el interior de la cabina del helicóptero siniestrado.
Sin embargo, al calvario de la espera le quedaba todavía otro terrible tramo: confiar en que los rescatadores fueran capaces de elevar a la superficie el helicóptero accidentado sin que se produjera la pérdida de ninguno de los tres cuerpos, como ocurrió trágicamente en el caso de 2014 con el extravío de dos cadáveres cuando el helicóptero fue finalmente izado tras 40 días de espera. Y luego otra espera más: el proceso de identificación en el Instituto Anatómico Forense de cada uno de los desafortunados militares.
El Ministerio de Defensa no se plantea por el momento un reforzamiento de los medios técnicos que ha ido acumulando en el área de búsqueda desde el sábado. El único barco retirado es el carguero de transporte de vehículos Camino Español, el primero en llegar a la zona, porque su intervención no se considera decisiva para el éxito del izado de la nave a la superficie. En cambio, sí tendrá protagonismo el buque de acción marítima Rayo, que además de helipuerto, incorpora grúas capaces de llevar a efecto el reflotamiento de la nave, según explicaron a esta web fuentes oficiales del departamento de Pedro Morenés. Como apoyo intervienen el buque civil Olympic Zeus, con altas tecnologías para rastreo e intervenciones subacuáticas, y dos patrulleras marroquíes que permanecen en la zona.
¿Y cómo se llevaría a cabo el izado de la aeronave? Los especialistas desplazados por Defensa a la zona de búsqueda se plantean varias opciones, que incluyen entre otras el uso de grandes redes que ya se han trasladado y también de dispositivos inflables capaces de tirar de la aeronave hacia la superficie. Pese a que esta vez el helicóptero está a 45 metros de profundidad, y no a los casi 2.400 metros del accidente precedente, se trata de una operación compleja. El riesgo de pérdida de los cuerpos durante el izado se ha minimizado con la extracción uno a uno de los cadáveres por parte de los buceadores.
Desde el sábado, en los trabajos de búsqueda y recuperación ha sido clave la actuación de los buzos y también la presencia del Olympic Zeus, en su día contratado por el Ministerio de Fomento para el sellado de las fugas y la extracción del combustible del pesquero ruso Oleg Naydenov, hundido al Sur de Gran Canaria. Un barco con altas tecnologías que incluye vehículos no tripulados ROV, es decir, robot submarinos capaces no solo de inspeccionar, sino también de intervenir a grandes profundidades marinas.
Pincha aquí para ver en vídeo la comparecencia en la noche del jueves del ministro de Defensa, Pedro Morenés, sobre el hallazgo de los cuerpos de los militares.
Hoy ha empezado el rescate de los cadáveres de los pilotos del helicóptero del SAR (servicio de ayuda y rescate del ejército español) que cayó al mar el 22 de octubre. Además de la extraña historia del supuesto rescate por un pesquero y el posterior desmentido, que abría incluso la hipótesis del secuestro, hay un hecho que no debería pasar desapercibido, ya que no es la primera vez (y posiblemente no será la última) que el aparato siniestrado tiene muchísimos años de servicio. En concreto, el helicóptero accidentado se estrenó en …1983. Tenía, por tanto, treinta y dos años de existencia. Como digo, no es la primera vez que un aparato con varias décadas sufre un siniestro mortal. La justificación oficial es que los aparatos están sujetos a revisiones y mantenimientos que permiten una vida útil en muchos casos, superior a los cincuenta años. Resulta por lo menos paradójico que se empeñen en hablar de lo viejo que es el parque automovilístico español, señalando que tienen una antigüedad media de …11 años y lo relacionen directamente con la siniestralidad en la carretera, y, sin embargo, se justifique una edad tres veces mayor en aparatos que trasportan en ocasiones a varias decenas de personas. Se supone que las obligatorias ITV deberían garantizar el buen funcionamiento de los automóviles, pero lo que realmente está detrás de los anuncios, es la necesidad de la industria del automovil de convencernos para que cambiemos de coche con frecuencia, para asegurar sus ventas y, en consecuencia, su jugoso negocio (incluídas las subvenciones), aunque luego cometan fraudes como el conocido este mismo mes por la potente industria alemana Volkswagen.
Y no es el único caso de tecnologías obsoletas a las que se les alarga la vida varias décadas, en muchas ocasiones con mantenimientos bastante deficientes: las centrales nucleares que se diseñaron para una vida media de treinta años, alcanzan y superan en muchos países, incluído el nuestro, los cincuenta, poniendo en peligro cada día que pasa a millones de personas que viven (vivimos) en el entorno de estas chatarras radiactivas.
Asi pues, pedimos a los gobiernos que no sigan haciendo el juego a las corporaciones que intentan vendernos coches que no necesitamos, en nombre de una supuesta seguridad, y estén más atentos a garantizar la seguridad de la población que tiene que usar aeronaves con 30, 40 o 50 años de vida o vivir cerca de centrales nucleares que deberían contar ya con un programa de cierre programado antes de diez años, ahora que ya existen tecnologías mucho mas límpias para producir electricidad. Este es un asunto que debería figurar en los programas políticos de los partidos que se presentan a las elecciones del próximo 20 de diciembre. Y, si estáis de acuerdo con estos argumentos, no votes candidaturas que defienden la energía nuclear o que sigan defendiendo a la industria automovilística más allá de los límites razonables de mantenimiento de puestos de trabajo.