USCA ofreció sin éxito desactivar la huelga de este sábado para proseguir la negociación y el gestor de navegación aérea le acusa de colocar a la sociedad “a merced de sus reivindicaciones”
Un total de 3.679 vuelos se pueden ver este sábado afectados directa o indirectamente por el paro, cuyo impacto total es de 13 horas reales por la diferencia horaria en Canarias
Los centros de control de tránsito aéreo de España tendrán bajo su mirada 3.679 vuelos durante las 13 horas de efecto continuado que tendrá este sábado en España el paro convocado por la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA). La huelga comenzará a las seis de la mañana hora peninsular y finalizará a las seis de la tarde, pero su efecto se prolongará una hora más dado que los profesionales situados en Canarias realizarán el paro conforme a la hora local, lo que sitúa en 13 horas de duración el impacto global de la protesta. En vísperas de este paro, USCA y el gestor de navegación aérea, Enaire, se han cruzado duras críticas en una escalada indeseable del conflicto. Aunque el Ministerio de Fomento ha vuelto a dictar servicios mínimos muy elevados del 80 por ciento de la plantilla programada, la huelga difícilmente pasará esta vez desapercibida para los usuarios, que se exponen a retrasos en cascada e incluso cancelaciones de vuelos por la duración del paro. Así lo ha advertido a los usuarios el gestor aeroportuario, AENA. A su vez, el Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (COPAC) apeló este viernes a la profesionalidad y la calma ante el más que previsible impacto del paro en las operaciones.
Cuatro intentos negociadores que al final no han servido para nada devolverá este sábado los aeropuertos españoles a un escenario de tensiones e incertidumbres al que no asistía España desde los preámbulos del caos de diciembre de 2010. Es en realidad la cuadratura de un círculo maldito: aquel caos fue el origen de unas sanciones disciplinarias tardías que Enaire se niega a desactivar cinco años después pese a los archivos judiciales en cadena y el conflicto renace y se agrava con el paso de las semanas, no sin ciertas dosis de surrealismo. El paro vuelve hoy a los aeropuertos sin que se haya producido avance alguno en su causa: la reclamación de USCA de que Enaire desactive el despido de un controlador en Santiago y las sanciones disciplinarias impuestas a otros 61 de Barcelona, en ambos casos pese al carpetazo judicial de ambas causas en los juzgados de instrucción.
Todo empeora, también el clima entre los controladores y el gestor de navegación aérea. Ambos se acusaron este viernes recíprocamente de mentir a la opinión pública con datos relativos a las rondas negociadoras y la ruptura del diálogo este jueves. Después de una semana de calma aparente mientras se sucedían una tras otra las reuniones, todo rastro de cordialidad quedó pulverizado este viernes en Twitter, la democrática red social donde los controladores han encontrado una herramienta de comunicación sin intermediarios cuya potencia ya conoce muy bien Enaire.
La refriega comenzó con un simple tuit: @uscanet informó de que Enaire se había negado a admitir la desconvocatoria parcial de la huelga este sábado para proseguir la negociación y @enaire se descolgó con un tuit de desmentido. “No es cierto. Enaire sigue abierta a negociar”. A partir de ahí, USCA acusó a Enaire de mentir y el gestor de navegación ya sacó la artillería pesada: la segunda nota de prensa en menos de 24 horas, esta vez para acusar al sindicato de controladores de colocar a toda la sociedad “a merced de sus reivindicaciones” y de exigir reclamaciones que según el gestor de navegación aérea están fuera del marco legal. La historia se repite aunque sin el ministro José Blanco: por desgracia, la misma retórica de enfrentamiento que ya desembocó en el gravísimo conflicto de 2010.
Enaire cargó este jueves las tintas sobre los controladores. En su segunda nota, subraya una y otra vez que durante las cuatro rondas negociadoras intentó buscar una solución “global” y “definitiva” para cerrar el conflicto “y evitar así seguir perjudicando a los usuarios del transporte aéreo”. El gestor de navegación aérea sostiene que, pese a su voluntad de “avanzar lo que está dentro de sus competencias”, el sindicato de controladores “mantiene una postura rígida e inamovible que dilata el conflicto en el tiempo e impide llegar a una solución global que evitaría seguir perjudicando a los usuarios indefinidamente”.
El ente sostiene que mantendrá su disposición a dialogar para retomar las conversaciones “en cualquier momento”. Obvia sin embargo detalles internos y externos de la negociación. El primero de ellos lo ventiló USCA este viernes en Twitter con la foto de un acta que acredita que ofreció la posibilidad de cancelar el paro de este sábado para proseguir la negociación y que la propuesta fue rechazada por Enaire. Otros detalles son secundarios, pero muy elocuentes: el pasado viernes, tras un primer encuentro y mientras USCA comunicaba a la prensa que el diálogo proseguiría 48 horas después, Enaire publicitaba por su parte una resolución de servicios mínimos que ni siquiera había sido comunicada todavía al comité de huelga, en un gesto poco compatible con el cacareado espíritu dialogante. A lo que se añadió otro segundo detalle este jueves: los controladores aseguran que al término del cuarto encuentro, y cuando ni siquiera se había terminado de firmar el acta de la reunión, Enaire ya había divulgado una primera nota de prensa en la que daba cuenta del fracaso negociador.
Por si el surrealismo no era suficiente, los controladores aéreos informaron este viernes en Twitter de la petición por parte de Enaire de voluntarios para atender los turnos por insuficiencia de personal en el centro de control de Barcelona, el mismo donde se activaron los 61 expedientes de suspensión de empleo y sueldo apenas unos días después de que el juez de instrucción archivara la causa contra estos profesionales.