El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, no aclaró este martes en el Parlamento autonómico cómo se propone su Gabinete reformar la ley de modernización turística en vigor después de que el Tribunal Constitucional haya declarado uno de sus artículos incompatible con las previsiones de la Carta Magna. Interpelado por Román Rodríguez, de Nueva Canarias, Clavijo se limitó a decir que el Gobierno suspenderá el artículo declarado inconstitucional que condiciona la asignación de catogorías hoteleras a determinadas condiciones económicas y que acto seguido procederá a su reforma, sin especificar cómo. Lo que sí hizo fue arremeter contra el interpelante, al que acusó de ser corresponsable del “desaguisado turístico” que, según dijo, comenzó en 2001, “cuando usted era presidente”. En medio, dejó otra perla, cuando sin venir a cuento citó “las casas turísticas” como un elemento llamado a poner en cuestión “la competitividad del sector turístico canario”.
Clavijo primero descolocó a Rodríguez limitándose a una primera respuesta que fue más corta en el tiempo que la pregunta inicial del diputado y portavoz de Nueva Canarias. Rodríguez se detuvo entonces en explicar su opinión de que la reforma de la ley debe preservar un crecimiento que no se realice a costa de un mayor consumo del territorio.
Y fue entonces cuando el presidente del Gobierno se lanzó al ataque, utilizando como argumento la invocación de más camas turísticas para Gran Canaria que atribuyó al presidente del Cabildo de esta isla, Antonio Morales, de Roque Aguayro-Nueva Canarias. “Pónganse ustedes primero de acuerdo”, dijo un inusualmente agreviso Fernando Clavijo, antes de advertir a Rodríguez que no se dejaría contagiar por las prisas para proceder a la reforma de la ley turística. Se trata de una reforma, subrayó, que exige sosiego y tranquilidad suficiente para afrontarla con visión de futuro y sin cortoplacismos.