Regata ARC: el sueño cumplido de la gran aventura trasatlántica

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203 veleros hacen sus preparativos en Gran Canaria antes de partir el 22 de noviembre hacia la isla caribeña de Santa Lucía, mientras la avanzadilla ‘Plus’ de 64 barcos navega ya hacia Cabo Verde

 

Se trata de un sueño de mar que muchos cumplen desde Gran Canaria desde hace 30 años: la gran regata Atlantic Rally for Cruisers (ARC) prepara ya una gran salida de 203 veleros hacia la isla caribeña de Santa Lucía el próximo 22 de noviembre, mientras su avanzadilla ‘Plus’, con una flota de 64 barcos que hará una escala previa en Cabo Verde, navega ya hacia la isla de San Vicente. La regata ARC es una gran aventura náutica de 2.700 millas (3.000 en la modalidad Plus) que este año volverán a vivir cientos de tripulantes de 41 países diferentes, entre ellos 40 menores de 16 años.

La ARC llena desde hace semanas de bullicio el Muelle Deportivo de Las Palmas de Gran Canaria, adonde los barcos comenzaron a llegar desde finales de octubre y que se convierte estos días en el punto de encuentro de tripulantes oficiales y marineros freelance que buscan un barco en el que enrolarse para cumplir el sueño de cruzar el Atlántico. Como siempre, a bordo de los veleros hay tripulantes de todos los perfiles: familias enteras con niños pequeños (el de menor edad cumplirá 3 años justo antes de salir el 22 de noviembre), amigos que se juntan para acometer este desafío y veteranos de la ARC. Entre estos últimos figuran por ejemplo Pekka Karlsson y su esposa, que harán el trayecto de la ARC por trigésima vez consecutiva a bordo de su Corona Aq; Manfred Kerstan, conocido como Míster ARC en su Alemania natal después de haber realizado esta travesía en veinte ocasiones y Chris Tibs, un meteorólogo de regatas oceánicas que es un habitual del equipo organizador de la ARC, al frente del cual se sitúa nuevamente Chris Bishop.

Esta regata, que consolida Las Palmas de Gran Canaria como destino de turismo náutico y se calcula que deja a la ciudad unos ingresos de 2 millones de euros en servicios y avituallamientos, integra tripulantes procedentes de casi todas las potencias veleras, con embarcaciones matriculadas en Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Finlancia, Francia, Holanda, Irlanda, Italia, Malta, Noruega, Nueva Zelanda, Polonia, Portugal, Reino Unido, Suecia, Suiza, Estados Unidos, Turquía y otras 19 naciones.

Uno de sus momentos más esperados es la gran salida de la regata, que salpica de veleros el horizonte marino de Las Palmas de Gran Canaria y si la meteorología acompaña, deja bellísimas estampas de aguas azules y velas de todos los colores desplegadas al viento. Pero también lo son otras citas más domésticas, como el desfile de banderas que los tripulantes hacen en el muelle una semana antes de la salida, minutos antes de desplegar las enseñas en los mástiles dispuestos para ellas.

Una vez comienza la aventura, no todo son momentos idílicos a bordo de los barcos. Los veleros de mayor potencia suelen hacer la travesía hacia Santa Lucía en menos de dos semanas. Pero los veleros más pequeños tardan más tiempo y, aunque la regata se realiza en el mejor momento meteorológico para una travesía de estas características, eso no impide que los tripulantes tengan que enfrentarse a molestas marejadas en medio del océano y lidiar con las olas y los mareos. Pero siempre en condiciones de máxima seguridad, uno de los aspectos más cuidados por la organización, que articula cada año un sistema de seguimiento de las embarcaciones por GPS que permite a cualquier familiar, amigo o aficionado saber en cada momento en qué punto exacto del océano está cualquiera de los barcos que participan en esta gran aventura.

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