Una naturaleza exuberante y playas increíbles con aguas que alternan zonas de gran oleaje con piscinas naturales cristalinas hacen de Brasil un paraíso para el viajero
Un paraíso de naturaleza exuberante, cascadas de aguas transparentes, palmeras gigantescas a la misma orilla del mar, playas con olas permanentes que son el paraíso de los surferos, pero también increíbles oasis marinos de aguas cristalinas donde se protege especialmente a las tortugas… Así es el estado brasileño de Bahía, en cuya capital, Salvador, afronta este viernes la selección de España afronta su primera prueba en el Mundial de Brasil.
El estado de Bahía, al noreste del país, tiene grandes extensiones de playa donde las palmeras coquetean con el Atlántico hasta la misma orilla. Pero también es frecuente que los brasileños y los turistas se sumerjan en las aguas donde se cruzan los ríos con el océano, parajes de una increíble belleza, pero en cuyas aguas hay que manejarse con precaución para evitar las corrientes que pueden alejar peligrosamente al bañista de la costa. No es lo usual si se mantiene una precaución elemental. Sí lo es que en esos estuarios puedan encontrarse pequeños bares y restaurantes donde uno puede comer un pescado recién capturado, las boliñas brasileñas, o los sabrosos guisos brasileños de pescado y marisco.
Salvador de Bahía, la capital, es una populosa y bellísima ciudad cuyo centro histórico, el Pelouriño, es el lugar favorito de los viajeros, ya sin los riesgos de seguridad que afectaban a esta zona del mundo hace una década.